Vacío

Otra vez esa sensación inunda mi cuerpo, arrastrándome en un mar de recuerdos que pronto se convierten en lágrimas. Parecen tan lejanos aquellos días en lo que llorar cada noche se hacia rutina, parece tan lejano aquel día que dejo el vacío más grande en mi interior, parece tan lejano sentir esta sensación de mierda. Pero, lo dicho, sólo lo parecía.
Y yo, tonta de mí, pensando que me ibas a ayudar, que no solo iba a estar ahí cuando tu querías pero me equivocaba, y mucho.
No creo que tú, pero por si acaso, no te preocupes, aun no me he olvidado de como lidiar con todo esto, podré seguir adelante, de todas formas no me has ayudado antes. Me quedare con nuestra foto partida a la mitad, aunque me he equivocado y me quedé con la mitad en la que salias tú, pero por suerte los cajones se cierran y las mochilas tienen cremallera.
Me voy ya de puntillas, no quiero que si me sientes irme no salgas a buscarme.

Y como siempre he aprendido

A no emparanoiarme, que si alguien te quiere, a fin de cuentas por mucho que lo niegue, te busca. Quién no lo hace es porque no te echa de menos, por lo tanto, no te quiere. El destino determina quien aparece en tu vida pero tu eres el que decide quien se queda. Que la verdad duele solo una vez y la mentira cada vez que aparece por tu mente. Hay tres cosas que se van y nunca vuelven: El tiempo, las palabras y las oportunidades. 

"Valora a quien te valora 

no trates como prioridad a quien te trata como una opción" 

A

Desde aquella noche él  ya no quiso con nadie más, aunque si decía que necesitaba "amor" y a ella antes de enrollarse con... pongamos una inicial, por ejemplo la A, le rompieron el corazón.

Un día después de salir de clase como siempre se acompañaban hasta la puerta de salida de buses, pero esta vez fue especial, ella intentaba a duras penas no pillarse por él, prácticamente porque pensaba que A la ignoraba además de que ya lo había pasado bastante mal y sudaba de todo lo relacionado con el amor.

- Hola, ¿te puedo decir una cosa?
+ Sí- dijo quitándose los cascos de las orejas, últimamente escuchaba mucha música quizás demasiado tiempo tanto que estaba tan entretenida que ni miraba quien pasaba por delante de ella. Siempre estaba en el mismo sitio sentada y A pasaba todos los días por allí solo por verla a ella, hasta ese día.

- Me encanta tu sonrisa, es la más bonita que he visto nunca.
+ Oh, gracias ¿puedo confesarte algo yo también?
- Claro, dime.
+ Esta sonrisa solo aparece cuando estas tu a mi lado.
-  Pues espero que no se te quite de la cara nunca.
+ ¿Por qué?
-  Porque es la que me da fuerzas para seguir.

Ella ese día no lloro por la noche como lo hacia siempre, sonrío al saber que A sentía algo por ella aunque solo fuera por un momento fue la más feliz del mundo.