Los seres humanos nos dejamos llevar por nuestros sentimientos, somos seres emocionales, lo que nos hace débiles. Hay momentos en los que a sabiendas de que nos podemos hacer daño a nosotros mismos tomamos la decisión equivocada por seguir los dictámenes del corazón.
Un corazón malherido es fuerte, muy fuerte, continua venciendo a nuestra razón. Una nueva situación un nuevo sentimiento y un nuevo riesgo ¿QUIÉN DECIDE? SIEMPRE EL CORAZÓN. TROPEZAMOS DOS VECES CON LA MISMA PIEDRA POR SU CULPA Y LO VOLVEMOS A OBEDECER.
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